Aunque la mayoría de grandes acontecimientos deportivos ya han sido suspendidos, queda un pequeño reducto, como si fuera la aldea de Astérix pero con un cierto toque macabro, que sigue resistiendo. Como si negara la evidencia ante la crueldad del coronavirus, el golf intenta aguantar hasta el límite mientras busca alternativas para rehacer su calendario y no renunciar a sus cabezas de cartel. Cabe recordar que al margen de los habituales cuatro torneos del Grand Slam, en 2020 también está prevista la celebración de la Ryder Cup a finales de septiembre en Whistling Straits, a orillas del Lago Michigan.
De momento, los dos circuitos más importantes, el PGA Tour y el European Tour, se encuentran suspendidos temporalmente a falta de la evolución de la pandemia. Aunque algunos torneos ya han sido suspendidos, los rectores a ambos lados del Atlántico no descartan doblar semanas si se puede reanudar la competición. Es decir, que se jueguen dos torneos a la vez y así dar más oportunidades a los jugadores ya que cada semana podrían competir unos 300 en lugar de 150.
Por lo que respecta a los torneos del Grand Slam, aún se mantiene la esperanza de que se puedan disputar los cuatro. Tanto el Masters de Augusta como el PGA Championship, las dos primeras citas del calendario, han sido “pospuestos”, un término utilizado expresamente con la esperanza de que se puedan acabar disputando. En cambio, no hay demasiadas noticias acerca del US Open, previsto para la semana del 15 de junio en Winged Foot (Nueva York), ni del British Open, previsto para la semana del 12 de julio en Royal Saint George’s (condado de Kent).
Hace algunos días surgieron rumores acerca de la cancelación del British lo que obligó a sus organizadores, los rectores del Royal and Ancient, a salir al paso, aclarando que se estaban estudiando todas las posibilidades incluido “posponerlo”. La situación con el Open es similar a la de Wimbledon, que se ha podido cancelar gracias a una póliza de seguro millonaria que cubrirá las pérdidas, una cobertura similar a la que tiene The Open, por lo que no sería de extrañar que se anunciara su cancelación de manera oficial en los próximos días. El torneo más antiguo del mundo no se deja de disputar desde 1945 debido a la Segunda Guerra Mundial.
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